jueves, 24 de noviembre de 2011

Viendo pasar las nubes fue pasando la vida,
y tú, como una nube, pasaste por mi hastío.
Y se unieron entonces tu corazón y el mío,
como se van uniendo los bordes de una herida.

Los últimos ensueños y las primeras agonías
entristecen de sombra todas las cosas bellas;
y hoy tu vida y mi vida son como estrellas,
pues pueden verse juntas, estando tan lejanas...

Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita,
nos da una sed más honda que la sed que nos quita,
pero estoy tan seguro de poder olvidar...

Y miraré las nubes sin pensar que te quiero,
con el hábito sordo de un viejo marinero
que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar.
A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y viven en dos islas distintas.
Estoy sentada a la orilla de mi cama, viendo por la ventana las hojas del otoño caer, aún en esta fría noche, sus destellos dorados nacen al reflejo del farol, como si se aferraran a la esperanza de vivir un poco más, antes de terminar de caer.

No puedo evitar recordarte en momentos así. A decir verdad, no puedo evitar recordarte, casi a cada instante, aunque a veces yo misma trato de evitar pensar en lo que no tuve y ya perdí.

Y es que este otoño anuncia la llegada de un invierno anticipado, anuncia frío, desolación. Anuncia días más cortos sin esperanza, y noches largas llenas de desolación. Anuncia miedo, anuncia dolor, anuncia el arribo de dolorosos recuerdos y de sueños que se perdieron entre nubes de confusión.

Siguen cayendo las hojas, hay un fuerte viento que no sé de donde provenga, tal vez ya rozó tus mejillas, y tal vez tus labios... tal vez, solo tal vez, te robó un beso y lo entregue para mi... sí, tal vez sea la retribución de saber que mi amor por ti es como ese mismo viento, que aunque no puedes verlo, puedes sentirlo, y sabes que sigue aquí.

Hoy me voy a dar permiso de pensarte, de soñar de ti... hoy me voy a dejar amarte y llorarte, sonreírte... esperarte. Hoy solamente voy a esperar junto a esta ventana, una señal tuya, una palabra, una ilusión, hoy voy a quererte como nunca, como siempre...

Y mañana recordaré que te fuiste, y que lo que queda es dolor.

martes, 22 de noviembre de 2011

I so wish you were here


Te extraño, te extraño tanto, y no puedo olvidarte y es tan triste.

Espero que puedas leerme,  recordar claramente, que el día que te fuiste fue el día en el que descubrí que nada será jamás lo mismo.

Nunca llegué a besarte en la mano al despedirme, y quisiera poder verte por primera vez, pero sé que no puedo, y espero que puedas leerme, porque yo puedo recordarlo todo claramente.

Y he despertado, ¿no vas a despertar tu? Sigo preguntándome por qué, y no quiero aceptarlo, porque no fue falso, tu pasaste por aquí.

Pero ahora te has ido, y allá vas, hacia un lugar del que no puedo traerte de vuelta y el día que te fuiste, fue el día en el que descubrí que nada será jamás lo mismo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

"El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca".Qué tengo que ver yo con tu pasado, yo soy una variable enloquecida de tu vida. Pero no voy a convencerte de ello. El amor no es sabiduría, es locura..."


Hay dos fuerzas que nos ayudan a vivir: el olvido, y la esperanza.

Olvidar aquello que nos duele.
Olvidar lo que nos ha hecho daño.
Olvidar los temores.
Olvidar las metas imposibles.
Olvidar los sueños rotos.
Olvidar un amor no correspondido.
Olvidar las batallas perdidas.
Olvidar parte de uno mismo.
Olvidar que se quiso tanto.
Olvidar que se perdió todo.
Olvidar que aún respiras.
Olvidar que el aire te mata.
Olvidar que te han engañado.
Olvidar el orgullo.
Olvidar los pesares.
Olvidar los planes.
Olvidar que existes...

Y tener la esperanza de seguir viviendo.