sábado, 6 de julio de 2013

Todavía muchas veces

Me dolerás todavía muchas veces.
Iré apartando sueños
y tú estarás al fondo de todos mis paisajes.
Tú con tu misterio
y tu extraña victoria.
Amor, ¿quién te ha dado esa fuerza de pájaro,
esa libre arrogancia
de mirar las estrellas por encima del hombro?
¿Quién eres que destruyes
mi corazón
y puedo, sin embargo, existir?
¿Se vive en la muerte? Se vive
con el alma en desorden y la carne
desmoronándose en el vacío?
Nunca te tuve miedo
y, sin embargo, ahora te rehuyo
porque eres como un dios que me hace daño
cada vez que me mira.
Abandonaré todo lo que me estorba,
todo lo que dificulta la huida
y escaparé por la noche adelante,
temerosa de ti, temerosa
de esta grandeza que intuyo,
de este fulgor, de este cielo
que palpita en tus manos abiertas.
Me dolerás todavía muchas veces
y cada vez me extasiaré en mi daño.



Te seguiré callada

Te seguiré por siempre, callada y fugitiva,
por entre oscuras calles molidas de nostalgia,
o sobre las estrellas sonreídas de ritmos
donde mecen su historia tus más hondas miradas.

Mis pasos desatados de rumbos y fronteras
no encuentran las orillas que a tu vida se enlazan.
Busca lo ilimitado mi amor, y mis canciones
de espalda a los estático, irrumpen en tu alma.

Apacible de anhelos, cuando el mundo te lleve,
me doblaré el instinto y amaré tus pisadas;
y serán hojas simples las que iré deshilando
entre quietos recuerdos, con tu forma lejana.

Atenta a lo infinito que en mi vida ya asoma,
con la emoción en alto y la ambición sellada,
te seguiré por siempre, callada y fugitiva,
por entre oscuras calles, o sobre estrellas blancas.

Para ti el deseo

Supiste quién era
antes de que yo empezara a sospecharlo
ahora caminas por lejanas y míticas ciudades
pero yo soy tu triunfo
tú hiciste esta figura que recorre lugares que nunca conocerás
pero son sólo tuyos para siempre
tú los soñaste, yo los conozco
para mí las fachadas
para ti el deseo
lo único posible de ser llamado eternidad.



Dolor a jardines descuidados




Tú no estarás. Ya no.
En la última tarde tu mirada tenía
un dolor a jardines descuidados,
una luz huidiza y astillada,
un caminar de hombre con mirada de trapo,
y un corazón tartamudo.

Llevabas un temblor de naufragio y una venda en los ojos.
El temblor también es una forma de mirar.
Y tú temblabas mientras tu luz caía.
Crepitar es caer. Pero hacia dentro.






domingo, 30 de diciembre de 2012

Y le llamo amistad.

Hay personas que con el simple hecho de llegar a nuestras vidas, la llenan de luz y de cambios maravillosos.

Gracias por verme a los ojos y alegrarse cuando nos encontramos, gracias por compartir mis lágrimas, por comprender mis debilidades y por tener el valor de corregirme de forma amable. Gracias por sus palabras sinceras y por expresar lo que siente su corazón y más aún gracias por las risas y  las bromas.

Pero sobre todo gracias porque saben llorar con los que lloran y por tener una voluntad generosa que ayuda a quienes lo necesitan. Gracias por acudir hace tiempo al llamado de un pueblo necesitado, o simplemente por llegar de cualquier forma incierta, inexplicable, maravillosa.

Y sin más qué decirles, porque poco pueden hacer las palabras por darle vida a lo que siento por ustedes, solo me queda darles gracias por su sencillo coraje de quererme, diría Benedetti.

Feliz 2013, que esté lleno de amor, de salud, de alegría y de mucha, muchísima más amistad.

jueves, 13 de septiembre de 2012

No te rindas.


No te rindas, aún estás a tiempo 
De alcanzar y comenzar de nuevo, 
Aceptar tus sombras, 
Enterrar tus miedos, 
Liberar el lastre, 
Retomar el vuelo. 

No te rindas que la vida es eso, 
Continuar el viaje, 
Perseguir tus sueños, 
Destrabar el tiempo, 
Correr los escombros, 
Y destapar el cielo. 

No te rindas, por favor no cedas, 
Aunque el frío queme, 
Aunque el miedo muerda, 
Aunque el sol se esconda, 
Y se calle el viento, 
Aún hay fuego en tu alma 
Aún hay vida en tus sueños. 

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo 
Porque lo has querido y porque te quiero 
Porque existe el vino y el amor, es cierto. 
Porque no hay heridas que no cure el tiempo. 

Abrir las puertas, 
Quitar los cerrojos, 
Abandonar las murallas que te protegieron, 
Vivir la vida y aceptar el reto, 
Recuperar la risa, 
Ensayar un canto, 
Bajar la guardia y extender las manos 
Desplegar las alas 
E intentar de nuevo, 
Celebrar la vida y retomar los cielos. 

No te rindas, por favor no cedas, 
Aunque el frío queme, 
Aunque el miedo muerda, 
Aunque el sol se ponga y se calle el viento, 
Aún hay fuego en tu alma, 
Aún hay vida en tus sueños 
Porque cada día es un comienzo nuevo, 
Porque esta es la hora y el mejor momento. 

Porque no estás solo, porque yo te quiero. 

Mario Benedetti


domingo, 27 de mayo de 2012

Reminiscencia


Un breve instante se cruzaron
tu mirada y la mía.



Y supe de repente
-no sé si tú también-
que en un tiempo
sin años ni relojes,
otro tiempo,
tus ojos y mis ojos
se habían encontrado,
y esto de ahora
no era más que un eco,
la ola que regresa,
atravesando mares,
hasta la antigua orilla.





jueves, 24 de mayo de 2012

Mientras tanto, te amo.

Sigo esperando el día en el que pueda mirarte en el olvido y ahogar tus palabras en el silencio.