miércoles, 29 de junio de 2011

Sábanas del universo

Poema escrito por Ulises y Penélope.


Hay días en los que preferiría quedarme en la cama,
Retenerte a mi lado,
Y dedicarme a contar con calma cada uno de los lunares de tu cuerpo,
Igual que un astrónomo que se enamora del firmamento. 


Quedarnos enredados entre las sábanas 
A contemplar cómo sucede la vida en otra franja horaria, 
Acomodarnos a nuestro tiempo,
Y en ese espacio, pensar que en tus puntos cardinales,
Tal vez si este la vida que soñaba.


Y entre estas mismas telas, a veces salvajes, a veces cómicas o más bien cósmicas
Entregar sorpresas transparentes, siempre, de nuevo.


En tus constelaciones pintar mis despertares
Grabar en tu cuerpo todo; lo tuyo, lo mío, lo nuestro.


Hoy estás junto a mí y se vuelve eterna la noche
En la vía láctea caminan sueños, en la inmensidad de mis realidades
Me esperas con la luz encendida bajo  las sábanas,
Aunque hablando de dormir, solo encontramos despertares.


Y ansiar en tal desierto, ya lánguida, ya fuerte,
oasis donde salten aguas de vida eterna.


Caminemos entre las pléyades, juguémosle carreras apostando la razón.
Montados en los cuernos de Aries donde el verano se hace canción.


Muy probablemente hacia el otoño se apague mi constelación
Cuando escorpio me inyecte su veneno
Heredando el abandono de este amor


Para el invierno espero que la cruz del sur me lleve hasta tu casa
Y con el cielo claro de orión, el arquero me preste sus flechas, 
Para robarme de nuevo tu mirada y que con las manos en nuestras espaldas
Al olvido no le demos razón.

lunes, 27 de junio de 2011

Carta a mi Odiseo

Amado Ulises:

Ya no es posible que el tiempo pase, vuele, no se detenga y yo no te cuente sobre mi vida en Ítaca, de mi vida sin nosotros, de mi vida sin ti.

Hace ya tiempo que te fuiste y tu ausencia nos pesó a tu hijo y a mi, él crece a la sombra de tus versos, de la música que me enseñaste, con las historias que le cuento sobre ti y con el deseo ávido de conocerte. A mi empezaron a cercarme pretendientes que hacen de mi vida una congoja, porque ninguno eres tú, y todos son ellos.

He tomado hebras de recuerdos, de historias, de deseos, y las entretejo para un sudario, todas las mañanas muy temprano después de hacer lo cotidiano, inició su tejido para terminarlo y elegir entonces a alguien con quién reemplazarte, pero todas las noches, mientras lloro en silencio en nuestra cama -sí, esa que no puede moverse- destejo todas esas esperanzas porque no quiero reemplazarte, ni olvidarte.

Así he pasado todo este tiempo, mi amado Ulises, mi corazón suspira aún por ti, a pesar de la distancia y del olvido. Te recuerdo aún tan bello, tan hábil con el arco y con la lanza. Los alrededores están en ruinas, mi mundo entero se desmorona, pero este tejido blanco me mantiene viva, mantiene mi esperanza.

Sé por los forasteros acerca de Calipso y de Circe. Sé sabio Ulises y si tu corazón así lo desea, entonces elige a Calipso, ella te hará recuperar la juventud que se te está escapando. Si es Circe la elegida, serás entre sus posesiones la mayor, pero solo una más sin significado.

Vuelve, vuelve, Odiseo no te pierdas en los laberintos de la muerte, sigo esperando con todo mi amor, Odiseo vuelve a mí, soy tu tierra, tu luna y tú eres mi todo.

Yo seguiré esperando, tejiendo recuerdos, sentada al olvido o tal vez en el fondo de tu mente.

Tu Penélope.


sábado, 4 de junio de 2011

Y alguna vez dijiste...


Siempre tan mía, intensamente mía, aunque sé que es una locura que nos guía a los dos juntos por la vida contra el resto del mundo...